Pocas esperanzas en la Cumbre de Crecimiento


La Cumbre de Crecimiento ha comenzado esta tarde en Bruselas sin buenas perspectivas. La sombra de la salida de Grecia del euro ha marcado la primera jornada de este encuentro de líderes europeos y las consecuencias que tendría esta posible salida ya está haciendo tambalear los cimientos de las frágiles economías europeas. Aunque todavía no se ha hablado abiertamente sobre el tema de Grecia, sino sobre “los recientes acontecimientos” todo apunta a que la salida de Grecia es inmediata. Lo que puede parecer la solución a los problemas está muy lejos de serlo, ya que no solo agravaría la crisis griega sino también la europea; esto son solo las consecuencias a corto plazo. A largo son desconocidas e incalculables y esto es lo que más preocupa a los dirigentes.

Los otros grandes protragonistas de esta cumbre han sido Alemania y Francia, o lo que es lo mismo, Merkel y Hollande. El encuentro levantaba más expectación de la habitual ya que no se trata de una simple reunión de líderes europeos sino de la confrontación de políticas distintas, de dos maneras de entender Europa y su futuro. El presidente francés ha llegado a Bruselas con la cartera llena de políticas aperturistas y medidas que cambiarán el rumbo europeo, o al menos eso prometió en campaña. Su idea de crecimiento ha gustado a unos países estancados en la recesión y parece que lejos han quedado ya los tiempos de Merkozy.

También se ha unido a esta senda de crecimiento el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy. A pesar de que de

Herman van Rompuy a su llegada a la Cumbre

Herman van Rompuy a su llegada a la Cumbre

esta cumbre no se esperan grandes soluciones y se ve más como una reunión de presentación de los nuevos líderes europeos y una toma de pulso entre Hollande y Merkel, el presidente del Consejo ha recordado que son muchos los ciudadanos que están pendientes de este encuentro y que merecen “una perspectiva de esperanza”. Van Rompuy ha pedido a los Veintisiete que aborden “con voluntad de compromiso” los temas que preocupan a Europa, aunque ni siquiera él se ha atrevido a pronunciarlos con claridad: Grecia y el euro. Sin embargo sí ha marcado algunas líneas para lograr los tan ansiados crecimiento y empleo: políticas nacionales sólidas y medidas que refuercen la economía. Nada que no se hubiera dicho ya.

Noelia Fernández Aceituno

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